La fórmula histórica que equiparó al Peronismo con los Trabajadores no es solo obsoleta, sino una brutal ironía que los hechos han liquidado. Durante décadas, la ecuación Peronismo = Trabajadores fue la ley no escrita de la política argentina, nacida bajo la bandera de la justicia social y los derechos obreros. Sin embargo, al mirar el historial de sus gobiernos en el último medio siglo, la pregunta es ineludible: ¿sigue siendo el peronismo, en la práctica, el partido de la clase obrera? La evidencia es brutal: 50 años de peronismo en el poder han coincidido con un desmantelamiento constante de la base obrera, donde el electorado vota por una identidad y una memoria, y no por un partido que hace mucho dejó de representarla. El Primer Golpe: La Traición de 1975 (El Rodrigazo) La primera gran traición al movimiento obrero no vino de la derecha, sino del propio Peronismo en 1975, cuando priorizó el ajuste macroeconómico sobre el salario real. Este go...
¿Es el antiperonismo una antigualla política? Durante décadas, la política argentina giró en torno a un eje central: el antiperonismo . Desde 1945, definirse en contra del peronismo fue, para muchos, la manera más simple y efectiva de construir una identidad política. Ser antiperonista otorgaba coherencia al campo "no peronista". Sin embargo, en el último tiempo, esta centralidad ha comenzado a desdibujarse. ¿ Podría ser que el antiperonismo haya dejado de ser el centro gravitacional para convertirse solo en una de las marcas identitarias de una nueva derecha? Una derecha que se define por otros principios: la defensa de la jerarquía económica , el individualismo radical y, quizás, una creciente indiferencia social . El Antiperonismo como Motor Histórico Buena parte del siglo XX se articuló bajo una tensión constante entre peronistas y antiperonistas. El historiador Félix Luna sintetizó la lógica: "En la Argentina, uno no es simplemente conservador, liberal o socialis...